La Fed de Atlanta, con su modelo de PIB en tiempo real, anticipa que la economía de EEUU terminó junio con una caída del 1% interanual. Esta previsión hundiría al país en recesión técnica, que se produce cuando el PIB registra dos trimestres consecutivos de caídas. Hace tres días, el organismo mantenía a flote a la economía, hasta que se publicó la revisión del PIB del primer trimestre.
Las esperanzas de esquivar la recesión para la economía de EEUU se esfuman, a medida que se acumulan datos económicos negativos y la Fed mantiene el pulso firme contra la inflación. La Fed de Atlanta ha sido la primera institución en pronosticar que el PIB sumará dos trimestres consecutivos de caída, a través de su modelo de PIB en tiempo real.
La Fed de Atlanta, como se puede apreciar en el gráfico, se sale del consenso. Su pronóstico está por debajo del consenso y muy por debajo del panel de expertos. Hace tres días por lo menos coincidía en salvar al PIB de la contracción, esperaba un crecimiento interanualizado del 0,3%, pero tras la última revisión del PIB, ha recortado su pronóstico hasta hundirlo a un -1%.
Junto a la caída del primer trimestre, EEUU entraría oficialmente en recesión técnica. El Departamento de Comercio revisó, el pasado miércoles, el dato de PIB del primer trimestre al -1,6%, una décima peor. Principalmente, el ajuste a la baja se debió al recorte del gasto al consumidor, explicaron desde la Oficina Económica. Los ingresos disponibles se redujeron un 7,8%. La Fed de Atlanta, con estos datos, ajusto su modelo automático. El gasto personal pasó de crecer al 2,7% al 1,7%, mientras la inversión corporativa se revisó a la baja al -13,2% desde el -8,1%.
¿Cómo calcula el PIB la Fed de Atlanta?
La propia Fed de Atlanta advierte de que no se trata de una previsión oficial, sino de un modelo automático que debe servir como una aproximación práctica a la evolución del PIB, lo más cerca posible al tiempo real. El modelo se actualiza seis o siete veces al mes de lunes a viernes, con al menos el dato de ISM fabricación sobre negocios, datos de comercio exterior, actividad mayorista, minorista, cifras del sector de la construcción y datos de gastos personales.
Posteriormente, se compara con un panel de indicadores económicos y previsiones de firmas financieras. El modelo se viene publicando desde 2011, con una media de error de 0,84 puntos porcentuales y una desviación típica de 1,25 puntos. Por lo menos, el sistema de la Fed de Atlanta es importante para detectar cambios de tendencia, aunque no termine de estar del todo afinado para precisar el dato.
Aunque la recesión estaba en el horizonte, el consenso todavía está agarrado que EEUU podrá esquivar la recesión. La mayoría de firmas económicas no contemplan una caída del PIB para el segundo trimestre, que acaba de terminar. Como mucho apuntaban al tercer trimestre. Goldman Sachs no contempla un descenso hasta principio de 2023, aunque aumentó las probabilidades de recesión al 30%.
Por su parte, los economistas de Morgan Stanley esperan ahora que el PIB crezca a una tasa anualizada del 0,3% en el segundo trimestre, aunque recortaron con fuerza el pronóstico. La semana pasada apostaban por un ritmo de crecimiento del 2%.
Lo que más preocupa es el consumo. La demanda interna aporta más del 70% y está dando señales de gran debilidad. El gasto del consumidor cayó por primera vez este año, y los anteriores datos se revisaron a la baja. Amherst Pierpont Securities recortó sus previsiones del segundo trimestre por este motivo, aunque sigue dando un crecimiento superior al 2%. «Todavía creemos que el gasto en servicios impulsará el gasto de los consumidores durante el verano, pero una vez que llegue septiembre, el impulso de los servicios no será suficiente para mantener el gasto de los consumidores», apuntan desde Wells Fargo.
Peligro en la hoja de ruta de la Fed
El problema de un escenario recesivo es que choca con los esfuerzos de la Fed de mantener el pulso firme, para contener la inflación. En plena escalada de tipos, después de subirlos 75 puntos básicos al 1,5%; la recesión complica el plan de Powell y el resto de banqueros de llegar al 4% y luego comenzar a recortar las tasas.
Para los economistas de Berenberg, la caída de la economía es la principal razón para que la Fed comience a recortar tipos a finales del próximo año. En su hoja de ruta hay parones durante este año y no se alcanzará el 3,5% hasta la primera mitad de 2023. «Proyectamos que la Fed hará una pausa y bajará las tipos en respuesta a una inflación más baja y condiciones de recesión, incluido un aumento marcado en el desempleo a partir del cuarto trimestre de 2023 en adelante», comentan.
«Si miramos hacia el futuro, las subidas de tipos de interés más rápidas y bruscas conllevan un mayor riesgo de reacción económica adversa. De hecho, ya se habla de una desaceleración económica e incluso de una recesión. No estamos en el campo de la recesión, pero si vemos que la Fed mueve los tipos de interés rápidamente hacia un territorio restrictivo y el crecimiento se ralentiza notablemente y la inflación se dirige hacia el objetivo, la Fed podría revertir rápidamente el curso», señala en una nota el equipo de analistas de ING encabezado por James Knightley.
El foco de atención se aleja de la inflación y se centra ahora en el crecimiento, a medida que aumentan los temores de una recesión, por lo que los mercados están reduciendo las expectativas de subidas de tipos», explica Prashant Newnaha, estratega de tipos de TD Securities.